viernes, 27 de febrero de 2009

Titi y los espejos.

Hay días en que la gorda Titi tiene que estar espléndida, o por lo menos presentable y no con esas faldas y miles de collares hippones que le gusta usar. El problema que tiene la chica es que como cada vez está más entradita en kilos, ya no hay mucha ropa que le entre ni tampoco hay pirapiré para comprarse nueva. Aparte cuando te comprás ropa nueva de un talle más grande estás aceptando el hecho de que esos tres kilos de más son tuyos de por vida y jamás hay que hacer esa concesión.

Por cuestiones laborales, ella tenía que estar presentable ya que tenía que llevar a pasear a unos gringos reeee vip (very important pricks) entonces enfundó su culo en un pantaloncito negro cuyas costuras sufrieron bastante todo el día y una camisita blanca divina cuyos pobres botones... Algun collarcito, aros, etc pero nunca tacos porque sólo los usa para salir.

Titi se miró al espejo y se vio un lechón envuelto. Vestidita de blanco y negro parecía una nueva especie mezcla de lechón con holando-argentina digna de La rural. El asunto es que no había nada más que ponerse asique la tipa tomó aire, metió panza y salió. En el camino pensaba todos los posibles programas dietéticos que podría encarar en los próximos quince minutos que quedaban para encontrarse con esta gente. Pensó correr hasta el lugar, pero tuvo la imagen de pasar por la puerta del alvear toda chivada y la descartó. Pensó en hacer control mental para disolver las grasas del culo sobre el cual estaba sentada en un taxi para que las costuras no cedan, y resolvió que era mejor rezarle a algún santo de los sastres para que no se rompa.

Cuando llegó, un bellboy llamado Sebastián que es un bombón le abrió la puerta y le dijo
- Hola! Che estás mas rubia! te queda bien!
- E... si! ehh.. gracias! - y una media sonrisita apareció tímida.
- Y estás más flaca también! agregó él.
La Titi pensó "si boludo, más flaca que mañana..." pero sonrió más grande todavía y le dijo
- Ayy gracias pero me parece que no.
- No posta, estás más flaca, y es más... hasta creo que estás más baja, qué te hiciste?

????????????????

Se alejó de ese monstruo mentiroso y llegó adonde estaba su gente. Arrancaron un tour de 6 horas por la ciudad y ella estaba dispersa. Vaya a saber en dónde tenía la cabeza porque no sólo se la pasó diciendo cualquier sanata sino que encima habló inglés con un acento extraño que no sabía de dónde le salía. Sería que estaba cansada? Sería que sus cachetes estaban tan grandes que le cambiban la dicción? El líder del grupo de los gringos era un Israelí de unos 50 años que cada dos minutos interrumpía y hablaba una hora y media en hebreo, o sea que ella, pintadísima. Claro... se ve que después de tanta jota y tanta egrrge a Titi se le piantaba el idioma. Laburó para la mierda. La tipa estaba tan desconcentrada que no paró de decir sanata y estaba casi segura que el enorme Israelí la iba a mandar a la mierda en cuanto tuviera un segundo.

Volvieron al hotel y ella los acompañó hasta el lobby. Ahí el Israelí hizo que tooodos los del grupo le den un abrazo a la Titi y él le agradeció con una sonrisa de oreja a oreja diciéndole que era la mejor guía que había tenido en años, que viene hace veinte años a buenos aires y que es la primera vez que se encuentra con una guía tan profesional.

La titi lo miraba con el ojo cuadrado y la carterita colgándole del brazo casi se le cae. Todos se fueron al toque y ella quedó parada en medio del lobby pensando cómo era posible que ese hombre tuviera una percepción tan errada de ella cuando Sebastián, el bellboy, se le acerca y le dice

- Posta que estás más flaca eh? Pasó Carlitos y dijo lo mismo. Y yo además te veo más baja.

Titi se dió vuelta absorta en sus pensamientos para irse sin siquiera mirar a este imbécil que le decía ridiculeces y se topó con la imagen que le devolvía el espejo de la salida y pensó.

"Puede ser que sea YO la que tenga la percepción un poco trastocada, pero este tipo me está diciendo que estoy más BAAAAAJAAAAAAAA!"

En el camino de vuelta a casa pensaba qué debería comer para crecer un par de centímetros más... mmm una chocotorta... total, el pantalón todavía aguanta!

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