Si hay algo que la gorda Titi no soporta es el ocio improductivo. Con esta idea en mente era de esperar que al primer período de más de dos días al pedo la gordita se desespere y empiece a hacer planes para obras faraónicas como por ejemplo pintar la terraza.
El problema es que para planificar se necesita mucho pero mucho menos tiempo que para llevar a cabo el proyecto en si, con lo cual todos los proyectos de la gorda Titi a menudo quedan sin terminar, abandonados al primer vestigio de un programa mejor. Esta vez sin embargo su determinación era tal, que optó por no perder el tiempo y poner manos a la obra sin pensarlo dos veces.
Así es, que mi insólita hermana partió con la mayor determinación hacia el Easy con el firme propósito de comprar materiales para dicha empresa, pero sólo para dicha empresa ya que Tópolain le advirtió bajo peligro de muerte a patadas que no gastara más de lo debido. Qué naif...
El Easy fue todo una aventura porque qué puede saber una mujer, encima medio rubia, de pinturas, plavicones y demás productos de la construcción. Fat girl ya venía bastante incómoda como para que encima uno de los vendedores le pregunte cosas extravagantes como cuántos metros cuadrados tiene la terraza. Las chicas nunca, nunca sabemos esas cosas. En fin, se las arregló porque tan tarada no es (aclaremos que es teñida) y logró llegar a su casa con
La gordita se calzó el short (de hace 7 años que de tan chico se le incrusta) y la remera (de Topo, obvio, cómo va a arruinar una de las suyas!!) y rodillo en mano se lanzó hacia la primer pared de la terraza que misteriosamente parecía cada vez mas grande.
“Uya… ¿y la lata como se abre?” se encontró diciendo mientras miraba atónita la lata que parecía soldada con algún material usado por
45 minutos después el panorama era el siguiente: La gorda, con el culo plano de estar sentada en el piso, seguía luchando desesperadamente contra “la-puta-lata-que-no-quería-abrirse-y-la-rec...-de-la-rep...-madre-que… ahí sale, no... Un poco mas... ssssss ay el dedo y la rep... un cacho de este lado...” Y de repente se congeló y tuvo una visión aterradora en cámara lenta: los
Por suerte la tapa justo cedió y eso no ocurrió. Graciadió!!!
Ahora si. Rodillo en mano y vamos. Una mano.
La tipa pintaba y pintaba y quedaban unos manchones espantosos. Por más manos que le daba la cosa no cubría. La gorda no podía más de calor y le sudaba hasta el codo y encima la pared tenía un salpicré bastante complicado de pintar, y ahí es cuando se oyó el grito:
Cuadro final: la gorda Titi sentada en el piso con pintura hasta en el culo y toda (digo toda) salpicada de puntitos color cremita desde el pelo hasta el dedo gordo. Una pared con una costra de pintura de dos colores (porque en la mitad de la pintada decidió que no le gustaba y que había que comprar otro “tonalizador” – en estos días aprendió mucho) y la otra pintada por la mitad con tremendos manchones de rojo que aparecían por debajo porque el salpicré y lo que ya sabemos.
Durante tres días la Titi estuvo a punto de amputarse el brazo derecho. Pensó seriamente en sobornar a su hermano para que viniera a terminar la locura enfermiza de pintar
Ayy sos mi idola!
ResponderEliminarjajaja.. me morí!
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