Serena observa, espera,
testigo de los vientos y las mareas,
la tierra me abraza en su aridez y me eleva.
Serena espera.
Miro las pampas y encuentro las almas de tantos viajantes
que flotan en tu agua quieta,
entre nubes de algodon y
el polvo blanco de la tierra.
Te piso, te miro y me das tu paz,
me das tu verde y tu aire,
me das tu agua, espejo de los hombres.
Mi llanto te riega, te moja y me alivia.
Me canso de ansiarte y de verte herida.
Tierra serena, tierra perdida
te pido que alivies esta honda pena
por no tenerte, por no llorarte,
por no ser parte de tus piedras.
Serena observa a los hombres tristes
y a los alegres que la contemplan.
Paciente espera que la visiten,
que la rieguen con lágrimas tiernas.
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