jueves, 12 de mayo de 2011

Los excesos de Juan

Cuando a Juan se le mete una idea en la cabeza, hay una serie de posibilidades muy diversas que pueden ocurrir.  A veces estas ideas provienen de pensamientos propios y elaboraciones metafísicas. Otras, vienen de sugerencias externas. Otras, muchas, vienen porque sí.

Estas últimas son graciosísimas porque agarran a Juan completamente desprevenido, y es así que cancela todas sus actividades y dedica toda una tarde, por ejemplo, a la reparación casera de las canillas de su bañera.   Esto implica que Juan pedirá a su vecina Haydée de mil años y a su portero (harto el portero)  que le suministren en préstamo diversas herramientas con las que pasará cinco o seis empecinadas horas destrozándose las manos y lo que queda de las canillas.   El resultado es una atrocidad plomerística de la mayor calaña... pero funciona.   Lo que ocurre en los días subsiguientes es una hipersensibilidad al uso incorrecto de las canillas, razón por la cual Juan dará cátedra a todo aquél que entre a su domicilio acerca del uso apropiado de su astriflamante plomería. 

Con la neurosis que lo caracteriza, mi amigo Juan encuentra que asuntos domésticos tan sencillos (o no) como comprar una heladera se transforma en un asunto de análisis terapéutico.  Verán...  Juan no puede ir como cualquier hijo de vecino a comprarse una heladera al Jumbo porque para que Juancito se compre una heladera, tiene que hacer un mes y medio de estudio de mercado comparando precios, duración del producto, nivel de enfriamiento, performance si es no frost o común. Debe evaluar largamente si necesita una heladera con tres o más cubeteras o si las hueveras van a ser suficientes y si el cajón de las verduras conviene o no que esté separado.  
No. No importa que Juan en los últimos cinco años sólo haya tenido una Jarra de agua y un cartón de Cindor en su antigua heladera. Esta tiene que ser LA heladera para TODA LA VIDA.   Como tiene que ser para toda la vida, y es tan grande la responsabilidad, ha relegado el proyecto por el momento y si bien lo tiene planificado para éste año, no sabemos si juan encontrará los medios para proveerse de un artefacto de enfriamiento.  Mientras tanto, sus gaseosas se toman "au naturel"

Todo esto, es meramente anecdótico cuando hablamos de los excesos de Juan.   Su último exceso es el más "jugoso". 

No hablamos de mujeres, ni de alcohol ni de drogas. (Juancito es sano)  Hablamos de Abdominales.

Juan tiene 35 años y decidió que su panza no va mas.  Esta idea se arraigó tan fervientemente en su cabecita que se decidió convertirse cuanto antes en  Cristiano Ronaldo.   Con esto en mente comenzó a hacer 230 abdominales por día y se mantuvo firme en su rutina durante un mes y medio. 
Cuando le comentó esto a su papá, en medio de un partido de fútbol de River contra yanomeacuerdoquién, su hermano y su viejo le dijeron que no se cebe tanto que por ahi se podía desgarrar... 

Ahí nomás salió Juancito como alma que lleva el diablo a la guardia mas cercana a hacerse ver de su dolorida panza.. Creo que no tengo que describir la cara de incredulidad que le puso la doctora que lo vio.   La tipa le dijo que si le dolía existía la posibilidad de un pequeño desgarro pero que en todo caso, suspenda las abdominales por una semana y que al retomar lo haga paulatinamente y con supervisión de algun profe de educación física y acompañad de alguna otra actividad no sedentaria. 

Cuando recibí el llamado y me dijo "me desgarré los abdominales" no pude parar de llorar de risa... El cuento fue enteramente desopilante pero lo mas desopilante es que ahora mismo juancito debe estar entregado a la cindor y las vainillas nuevamente maquinando cómo será su vuelta triunfal al deporte. 
Quizás planee hacer un triatlón en la cima del aconcagua o cruzar a nado el río de la plata.. En todo caso, los excesos de juan servirán por siempre para alimentar las arcas de la Gorda Titi. 

Amigo... cómo te quiero!!!