martes, 7 de abril de 2009

Titi y su mamá

Estar enferma es, sobre todas las cosas, molesto. Una se siente débil, desganada, agotada y altamente vulnerable. Ahí cuando una esta mas vulnerable dentro de su estado viral, es cuando tu mamá llama.
Despues de una larga sesión de ofrecimiento de los beneficios comunes y conocidos que proveen las mamás, Titi por fin accede. Después de todo, está bueno que te hagan la comida, te saquen a pasear el perro, te laven los platos, te hagan las compras, te traigan la sopita a la cama, te hagan tecito...

Lo que nunca deja de sorprenderla es la capacidad destructiva de su madre, que se nota que nunca leyó el manual de las mamás buenas y útiles. Esta pensamiento, by the way, le generó dudas al respecto de si ella será alguna vez del club de las mamás buenas o si será una renegada, digna hija de su madre, el día de mañana. Probablemente pase lo segundo.

Su mamá llego como una tromba, tiró sus cosas en el sillón, cazó las llaves y se fue al super. Desde ahí la llamó para preguntarle qué galletitas quería, o si quería pan, o lechuga, o limpiavidrios (todas las cosas que le preguntó antes de salir) Al volver, tiró a la mierda la sopa que Titi se hizo con sus últimas fuerzas, e improvisó un puré instantáneo pariente del engrudo al cual le puso todo menos sal. Pobrecita, lo hizo con amor... todos sabemos...

Es que su mamá hace todo con amor, pero Titi ya está grande y conchuda y las cosas resultan en que dos horas después de haberle pedido a su madre que vaya a hacerle el aguante, quiso llamar a un helicóptero para que se la lleve como se llevaron a De la Rua en 2001 porque al final, se la pasó destapánola, roncando como un oso, y prendiendo la luz cada maldita vez que iba al baño. Todo esto con intermitentes "estás bien?" en medio de la noche, que la despertaban de su liviano sopor...

A las siete de la mañana la Titi estaba con las pantuflas puestas, una tostada con dulce en una mano y un café en la otra, despertando a su madre jurándole que ya estaba bien y que tenía que salir imprevistamente a trabajar. Rapidito rapidito le alcanzó la ropa, le juntó las porquerías mientras ella se sacaba las lagañas y para cuando terminó de lavarse los dientes Titi le tenía la puerta abierta y el saco listo para ponérselo.

- Gracias mamá!!! te quiero mamá!!!!! PERO QUEDÁTE EN TU CASAAAAAAA!!!!!!

3 comentarios:

  1. Titi
    Seguramente antes de escribir esto habras leido todos los libros de Maitena y te sentis muy superada y seguramente te convertiste en una mujer autoficiente, asique vamos a esprar la proxima vez que necesites algo para ver como te curtis sola.
    Tu dulce mamá

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  2. Las madres también son susceptibles... por eso las queremos...

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