Vano el esfuerzo de quien furtivamente vino a buscarla a destiempo.
Ahí está ella, en tu semblante.
Vano el esfuerzo por querer tercamente fundirla en la nada.
Ahí está ella, mirando en tus ojos.
Vano el esfuerzo de quien impunemente quiso llevarla consigo,
pues es sólo contigo que está ella, viva en tu canto y en tu arte, siempre eterna.
Madre, amiga, maestra. No la ves? Jamás estará muerta.
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