Pensó que el norte era el sur, pensó que el trigo era agua, y pensó también que yo era su inodoro.
Si señores, me cagó una paloma. No fue una caquita de esas pequeñas y desapercibidas sino que fue un señor cago que me cayó en la cabeza, deslizándose luego por mi mejilla izquierda y cayendo suntuosamente y como destino final sobre mi remera.
Paradita en pleno barrio de Beverly Once, menté a la madre de dicha ave a los cuatro vientos, y una amable señora boliviana parada a mi lado me sonrió ampliamente y me dijo "E suerte!"
Por mis adentros yo me preguntaba qué clase de suerte sería esa que te deja en medio de tu dia laboral con un defeco de pájaro en la cara. Además de todo eso, no llevaba yo encima ni un mísero pañuelito de papel, nada. Así es que me tuve que limpiar el regalito con un panfleto de publicidad de un telo de la zona.
A pesar de lo desafortunado del episodio, no quise ponerme en negativa y me convencí de que el hecho me traería suerte. Sin embargo, me atrevería a decir que ocurrió todo lo contrario.
Al día siguiente tuve un casamiento en donde creo haber sido la menos afortunada de la fiesta. Se me pegó el borracho de turno durante toda la noche, metí un pie hasta el tobillo adentro del barro antes de llegar a la iglesia y terminé mi noche a las cuatro de la mañana empantanada en el estacionamiento del club, recibiendo indicaciones de un drogadicto y una tilinga para poder sacar la camioneta del chocolate donde se había estancado.
Pasaron dos días más y un tintorero experto se encargó de arruinarme una pollera de 500 mangos, el registro automotor me llamó diciendo que faltaba pagar un impuesto y me fajó 400 pesos más y nuevamente a mi auto se le rompió el ropituto del paranque.
Ya para cuando empecé a pisar baldosas flojas cada dos cuadras y a quedarme con los botones de las camisas en la mano me empecé a calentar. De pronto me acordé de la paloma y de la canción de Guastavino y zás! Eureka!
Al pobre guastavino le debe haber pasado como a mi y por eso escribió la canción se equivocó la paloma. Lo que hay que reconocerle es que el fue mucho más poético que yo al escribir "Se equivocó la paloma, se equivocaba.... "
Yo, en vez de una canción, tuve ganas de salir a la calle a hacer un graffitti que dijera "LAS PALOMAS SON TODAS PUTAS!"
Tomá paloma...
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