viernes, 27 de noviembre de 2009

Se equivocó la paloma

Pensó que el norte era el sur, pensó que el trigo era agua, y pensó también que yo era su inodoro.
Si señores, me cagó una paloma. No fue una caquita de esas pequeñas y desapercibidas sino que fue un señor cago que me cayó en la cabeza, deslizándose luego por mi mejilla izquierda y cayendo suntuosamente y como destino final sobre mi remera.

Paradita en pleno barrio de Beverly Once, menté a la madre de dicha ave a los cuatro vientos, y una amable señora boliviana parada a mi lado me sonrió ampliamente y me dijo "E suerte!"
Por mis adentros yo me preguntaba qué clase de suerte sería esa que te deja en medio de tu dia laboral con un defeco de pájaro en la cara. Además de todo eso, no llevaba yo encima ni un mísero pañuelito de papel, nada. Así es que me tuve que limpiar el regalito con un panfleto de publicidad de un telo de la zona.

A pesar de lo desafortunado del episodio, no quise ponerme en negativa y me convencí de que el hecho me traería suerte. Sin embargo, me atrevería a decir que ocurrió todo lo contrario.

Al día siguiente tuve un casamiento en donde creo haber sido la menos afortunada de la fiesta. Se me pegó el borracho de turno durante toda la noche, metí un pie hasta el tobillo adentro del barro antes de llegar a la iglesia y terminé mi noche a las cuatro de la mañana empantanada en el estacionamiento del club, recibiendo indicaciones de un drogadicto y una tilinga para poder sacar la camioneta del chocolate donde se había estancado.

Pasaron dos días más y un tintorero experto se encargó de arruinarme una pollera de 500 mangos, el registro automotor me llamó diciendo que faltaba pagar un impuesto y me fajó 400 pesos más y nuevamente a mi auto se le rompió el ropituto del paranque.

Ya para cuando empecé a pisar baldosas flojas cada dos cuadras y a quedarme con los botones de las camisas en la mano me empecé a calentar. De pronto me acordé de la paloma y de la canción de Guastavino y zás! Eureka!

Al pobre guastavino le debe haber pasado como a mi y por eso escribió la canción se equivocó la paloma. Lo que hay que reconocerle es que el fue mucho más poético que yo al escribir "Se equivocó la paloma, se equivocaba.... "

Yo, en vez de una canción, tuve ganas de salir a la calle a hacer un graffitti que dijera "LAS PALOMAS SON TODAS PUTAS!"

Tomá paloma...

miércoles, 18 de noviembre de 2009

La señora y la pizza.

Señora... Señora... Disculpe... pssst! Señora... la pizza!

Ah perdón! Je! no escuchaba, estaba muy compenetrada leyendo el diario... Gracias eh?

Todas las veces me pasa igual. Llego a casa a cualquier hora y en la heladera nunca hay nada, entonces de camino paro en la pizzería de la esquina y de ahí en más la historia es siempre la misma. Entro, voy hasta el mostrador, estoy dos horas mirando el mismo menú de siempre y finalmente me decido por lo mismo que pido todas las veces.

Mientras sale el pedido me siento en una mesa y empiezo a hojear el diario hasta que el cansancio se posa sobre una noticia y se sumerge en ella como si fuera arena movediza. El contenido no es importante, pero mis ojos se pasean sobre las letras como flotando, como viendo por detrás del papel, como soñando que el cuerpo se afloja y la mente se aquieta. Señora!!!

Me despiertan tirándome de las pestañas mientras el olor a queso derretido invade mi estómago, y me avergüenzo por haberme desconectado del mundo.

La última vez que fui, no había motivo para que las cosas se desarrollaran de manera distinta ya que yo estaba tan cansada como siempre y el diario estaba tan blando como mi almohada. Sin embargo, cuando el olor a quesito derretido llegó a sacarme del sopor, no sentí el previo y ya bastante habitual tirón de pestañas. Eso me descolocó un poco y por un momento me aturdí. Lentamente desvié la mirada y vi a un hombre de camisa blanca sosteniendo un plato con la pizza de muzzarella recién sacada del horno.

Te la traje porque te vi muy enganchada con el diario. Igual si preferís te la envuelvo para llevar.

El cajero, acostumbrado a pinchar mi burbuja de somnoliencia nocturna, se quedó mirando la escena estupefacto. Fue como si de pronto hubiera descubierto que ni soy Señora, ni me gusta comer sola en la cocina de mi casa.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Silencio

Se han compuesto infinidad de canciones. Se han escrito libros, novelas, poemas. Se han compuesto sonetos y hasta larguísimas óperas. Se han derramado millones de lágrimas durante todos los siglos y durante todo ese tiempo los hombres y mujeres que han amado han tratado de describir lo indescriptible.

De qué sirve que te llene de palabras, cuando lo único que parece no hacerme sangrar es este silencio que me está comiendo. Lentamente apila las palabras en los rincones de mi casa para ser lavadas luego por lágrimas inútiles que delatan la decisión tácita que ya ambos tomamos.

El silencio que amordaza, me ata las manos y los pies, y me ciega con su quietud. Inmóvil espero, entre paredes de palabras, el momento en que tu presencia se apiade de mi dolor y desaparezca llevándose el desdén y la indiferencia impregnada en tu cuerpo. Inmóvil espero, en un largo pasillo de palabras vanas, ya que no puedo abandonar a quien no tengo.

Zamba para olvidarte...

Esta zamba es una de las mas lindas aunque es tremendamente triste, pero no digan que esto no nos pasó a todos.
Estoy tratando de experimentar a ver si logro que parezca el video. Ahí va el primer intento.