miércoles, 11 de marzo de 2009

Las cosas que hay en el infierno.

La gorda Titi ya está segura de que cuando muera va a ir al infierno.

Es que no cabe otra opción, ya que de acuerdo con los preceptos del catolicismo -religión a la que la mayoría de los argentinos pertenecen por default- ante cualquier cagadita que te mandás ya te vas derechito para abajo.

En una de las últimas conversaciones que tuvo con Lucifer, su abuela mala, coincidieron en que en algún futuro iban a volver a reencontrarse en ese lugar. A ambas les gustó pensar que quizás el infierno no sea un lugar tan malo, después de todo la mayor parte de la gente va a parar ahí, no porque sean todos malos tipos sino porque romper alguna que otra reglita es la naturaleza del ser humano.

En esa ocasión se pusieron a nombrar a la gente que encontrarían en el infierno y dado que es un lugar que iguala la condición de todos aquellos que lo habitan, calcularon que iba a ser una excelente oportunidad para entablar conversaciones fascinantes con personalidades a las que jamás podrían haber accedido en vida.

- Dígame Adolf, en qué momento se le ocurrió afeitarse el bigote de esa manera?
- En realidad fue sin querer... yo me estaba afeitando y se cortó el agua en el cuartel. Salí al despacho a putear a algún soldado y resultó que estaban todos los generales esperandome. Y bueno.. como a algunos les pareció novedoso me lo dejé, pero la verdad es que hoy me doy cuenta que quedaba como un pelotudo.

Imaginaron conversaciones irrelevantes con Edith Piaff y con la Monroe, intercambios de recetas de cocina con Pavarotti y con Callas, fumar porro con Jimi Hendrix... Hasta ahí era un lujo.

Sin embargo, se les ocurrió que el infierno podía tener un formato Dantesco, que a las dos les pareció bastante apropiado. Así es como una eternidad de colgar ropa recién lavada estaba entre los círculos superiores, mientras que comer guiso de mondongo o ravioles de seso estaba un poco más abajo.

Lucifer murió al poco tiempo de aquella elocuente charla sobre el infierno, no sin antes despedirse con un "Nos vemos ahí" bastante cómplice. Desde ese momento Titi fue incorporando nuevos castigos a su infierno imaginario.

Más o menos por el círculo cuarto o tercero, que es uno de los del medio habrían llevado a Macri, que levantaría de a cachitos todo el pavimento y haría que los condenados manejen versiones más pequeñas de Teté con 35 grados, bajo el sol y sin amortiguadores por el resto de la eternidad.

Un círculo más abajo sería un enorme teatro donde se representaría una ópera eterna y deprimente con cantantes desafinados e incapaces que jamás dejarían de hacer sufrir a su público. Ahí irían todas las personas con oído absoluto que han sido pedantes y han pisoteado a otros menos talentosos en este mundo.

Finalmente hoy Titi ha descubierto que en el último círculo del infierno no hay más que un teléfono que sólo marca el número de aerolíneas argentinas.

Llame ya.

2 comentarios:

  1. bonaerense7/4/09, 0:15

    jua!

    en el último círculo de mi infierno hay gente que duerme con peluches y se escucha a ricardo montaner a todo volumen.

    También hay mucha gomaeva y mucha ropa de la calle paso.

    La gomaeva es tan de fronterizo que me quiero ultimar ya mismo.

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  2. AJAJJAJAJAJAJ, si, el ultimo círculo del infierno podría estar forrado de goma eva y papel glacé

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