Cuando la Titi cumplió doce años les pidió a sus abuelos (Aurelio y Mele) que la lleven a almorzar a un restaurante de grande. El lugar (que ella eligió) quedaba en la calle Uruguay entre Juncal y Arenales. La mamá le puso un vestido como esos que usaban las nenas en los cumpleaños de antes. Era como cuadrillé con rosa y tenía unos volados medio odiosos. A ella no le importó estar un poco grande para ese vestido medio aniñado, en definitiva era lo más "de fiesta al mediodía" que tenía y aparte nunca fue muy buena para vestirse. Tuvo que aprender más de grande para no parecer una inadaptada social. Para su abuelo ella siempre estaba divina, le decía que era su princesa y eso era todo lo que ella necesitaba oír.
El almuerzo en el restaurante de grande no fue lo que ella esperaba. Titi se imaginó que ahí se comían cosas exóticas que en las casas de las personas no se hacían (sigue pensando lo mismo) y su desilución fue grande cuando Aurelio se pidió unas modestas pastas, Mele una simplona milanesa con puré y a ella le trajeron unas albóndigas. Igual, a pesar de la comida, para ella fue el cumpleaños perfecto.
Años después se vino a enterar que Aurelio ese año se había fundido y estaba sin un cobre y ese almuerzo fue su única salida en meses, y así y todo no le dió para más que pastas y albóndigas... debe haber lavado platos pobre, pero todo sea por la nieta.
Ese mismo año los abuelos de la titi se mudaron enfrente de su casa. A ella no le gustó porque le encantaba la casa de sus abuelos en donde ella creció pero por otro lado le gustó tenerlos cerca. Aurelio caminaba como un pibe en esa época y se la pasaba yendo y viniendo para todos lados con su única acompañante: La titi. Eso era un privilegio y también un karma porque a Aurelio le gustaba remedar a las viejas rengas que veía por la calle y ella se moría de la verguenza porque más de una vez alguna vieja lo vió y le fajó un paraguazo. En esos casos ella le decía Basta Aurelio! Parecés un mono!!! remedando a un sobrino medio tarado que le había dicho eso a aurelio con su voz de sobrino medio tarado al verlo tan peludo flotando en la pileta del campo. Ahí el se ponía verde y refunfuñaba y después los dos se reían a carcajadas.
Finalmente, una caminatita avergonzante siempre valía la pena si el destino final era el atelier.
Aurelio era pintor y como todo pintor erudito (erutito decía el) tenía su estudio donde pintaba y desplegaba su arte. Era un excelente retratista y pintó a cuanta persona conocida tenía a mano y cuando se quedó sin gente ponía avisos en los diarios o paraba gente por la calle para pintar caras nuevas. Uno de esos días la llevó a su estudio, previo acoso de viejas, le puso su enorme delantal de pintar, le llenó la paleta de colores (tenía que tener un poquito de cada pomo, no importaba si había varios del mismo color... ya era maniática de chiquita) y le puso enfrente un pedazo de hardboard para que la niña se explaye en sus aptitudes artísticas.
La titi pintó arduamente durante una hora y media y Aurelio hizo lo mismo. Cuando ella terminó, toda orgullosa, le mostró su cuadro que era una cagada absoluta y él puso cara de estar viendo un cuadro de Giotto y le dio un beso enorme. Sin embargo no le dejó ver lo que él pintaba. En vez de eso la llevó al cuartito de al lado donde le permitió limpiar sus pinceles con aguarrás!!! Limpiar sus pinceles con aguarrás automáticamente la transportaba al trono de preferida de toooodos los nietos, que ya eran como dieciocho. De todos modos la chica era perspicaz y mientras limpiaba observava todos los cuadros de minas en pelotas que había en esa habitación y no tuvo mejor idea que preguntarle
Aurelio, mele no se pone celosa de que pintás a todas estas chicas lindas sin ropa?
Aurelio la agarró de la mano y en una magistral salida por la tangente, la llevó a ver lo que acababa de pintar mientras ella garabateaba su hardboard y le dijo:
Es arte...
En memoria de Rodolfo Vedoya (alias Aurelio, que parecía un mono) en el décimo aniversario de su muerte.
Y además de todo escribís bien !
ResponderEliminarEs un extraño placer asomarse a esta auto-disección literaria.
Te saluda afectuosa y nostàlgicamente,
M.A.B.
Qué alegría saber que me acompañás aún!!!!
ResponderEliminarNo te asomes, pasá y acomodate, que enseguida te traigo algo para tomar... un tecito anti nostalgia capaz?
La rana. (paint para usté amigo)